Gn 1, 26 Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra
imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y
las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales
que se arrastran por el suelo”.
27 Y Dios creó al hombre a su imagen;
lo creó a imagen de Dios,
los creó varón y mujer.
28 Y los bendijo, diciéndoles: “Sean fecundos, multiplíquense, llenen la
tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos
los vivientes que se mueven sobre la tierra”. 29 Y
continuó diciendo: “Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la
tierra, y todos los árboles que dan frutos co n semilla: ellos les servirán de
alimento. 30 Y a todas la fieras de la tierra, a todos
los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo,
les doy como alimento el pasto verde”. Y así sucedió. 31
Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde
y una mañana: este fue el sexto día.
Gn 2, 18 Después dijo el Señor Dios: “No conviene que el hombre esté solo. Voy
a hacerle una ayuda adecuada”. 19 Entonces el Señor
Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los
pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría.
Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre. 20 El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos,
a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos
no encontró la ayuda adecuada.
21 Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y
cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar
vacío. 22 Luego, con la costilla que había sacado del
hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. 23 El hombre exclamó:
“¡Esta sí que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!
Se llamará Mujer,
porque ha sido sacada del hombre”.
24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y
los dos llegan a ser una sola carne.
25 Los dos, el hombre y la mujer, estaban desnudos, pero no sentían vergüenza.
Jn 15, 12 Este es mi mandamiento:
Ámense los unos a los otros,
como yo los he amado.
13 No hay amor más grande
que dar la vida por los amigos.
14 Ustedes son mis amigos
si hacen lo que yo les mando.
15 Ya no los llamo servidores,
porque el servidor ignora lo que hace su señor;
yo los llamo amigos,
porque les he dado a conocer
todo lo que oí de mi Padre.
16 No son ustedes los que me eligieron a mí,
sino yo el que los elegí a ustedes,
y los destiné para que vayan y den fruto,
y ese fruto sea duradero.
2 Cor 6, 16 ¿Qué acuerdo entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros
somos el templo del Dios viviente, como lo dijo el mismo Dios: Yo habitaré y caminaré en medio de ellos;
seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.
Gal 3, 26 Porque todos ustedes, por la fe, son hijos
de Dios en Cristo Jesús, 27 ya que todos ustedes, que
fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo.